miércoles, 15 de enero de 2014

Mostrarnos completamente





Tus pensamientos y sentimientos son únicos. Son tan únicos y diferentes que pueden llegar a asustarte. No se parecen en nada al de ninguna otra persona y eso te hace especial. No eres ni mejor ni peor que nadie sino que lo que eres aporta algo que ninguna otra persona puede aportar. Tu forma de ver y entender el mundo puede hacer que todo vaya mejor. Eres importante tal y como eres. Cada vez que te muestras haces que todo a tu alrededor vaya mejor, sea mas intenso y mas interesante.

Esto no quiere decir que tus pensamientos o sentimientos sean  completos o perfectos. Continuamente estamos evolucionando, contrastando las nuevas experiencias con las vividas y evaluando nuevos conceptos. Cada vez que nos expresamos le estamos dando la oportunidad a nuestra mente de avanzar en ese proceso, a la vez que le mostramos a alguien donde estamos y como estamos percibiendo la vida

Y esto es precisamente una de las cosas que amamos; el conocer a alguien, el entrar en contacto con su fascinante proceso y que en definitiva, que nos deje compartir su crecimiento. No estamos esperando que las personas sean perfectas sino que nos dejen conocerlas y formar parte de su proceso.

Cualquiera que este cerca de niños o niñas en un ambiente relajado podrá darse cuenta de esto con facilidad.

¿Has podido conectar con alguna peque? ¿has visto cuanto deseaba mostrarte sus cosas?

  
Desde muy peques es lo que intentamos. Nos encanta mostrarnos, compartir lo que estamos aprendiendo, como nos sentimos, lo que hacemos, todo. Es nuestra manera natural de comunicarnos y conectar, de mostrarnos, aprender y disfrutar la vida.

Aun así, hoy en día nos cuesta  mostrarnos, contar lo que realmente pensamos o incluso saber que es lo que pasa por nuestra cabeza, sentimos o deseamos. Esto es fácil de comprender si echamos  un vistazo atrás.

Desde muy peques nuestro entorno nos ha empujado a que no nos mostremos,  no sintamos, demos respuestas “acertadas  y correctas”,  callásemos, esperásemos el momento “adecuado”, etc etc.   

Este sistema opresivo en el que vivimos necesita mantener la rueda de la producción –consumo a un ritmo inhumano, donde todo lo que no sea producir no es valorado y apreciado, y por consiguiente, es castigado, rechazado, y maltratado.

Las emociones pagan un gran precio en este sistema.  No son comprendidas ni entendidas. No se aceptan y desde nuestros primeros días de vida se nos somete a un duro entrenamiento para que dejemos de mostrarlas.

Con el tiempo, a base de miles de mensajes vamos internalizando que no debemos de enseñar lo que sentimos, que no es correcto, que es mejor esconderlo, que es  peligroso o se nos va a rechazar si lo hacemos o lo que incluso es peor, que algo esta mal dentro nuestro.

Cuando un mensaje se internaliza ya no hace falta que nadie te diga lo que tienes que hacer o dejar de hacer, sentir o no sentir, tu propia mente ya se encarga de repetir esos mensajes para que no te muestres: –“se fuerte”, “disimula”, “acéptalo” y/o “a seguir funcionando que no es para tanto”, etc. Tu mente ha grabado todos esos mensajes, y de forma consciente o inconsciente los repite, dificultando que puedas mostrar lo que sientes o piensas con la intensidad que realmente quieres.


Necesitamos las emociones. Es parte de nuestro proceso evolutivo y sin ellas nos estancamos rápido. Necesitamos volver a pelear por mostrarnos completamente en todo momento y ser conscientes de que esto no va a ser un camino fácil. Necesitamos prepararnos para este reto y entender como tenemos que enfrentarlo.

Cuando intentemos mostrarnos plenamente tendremos que enfrentar miedos, inseguridades, impotencias, vergüenzas, tensiones y otra serie de sentimientos que se han ido grabando en nuestro organismo y ahora dificultan el  proceso natural de mostrarnos.

Nuestra habilidad se ha visto interrumpida, hemos internalizado miles de mensajes que dificultan que nos mostremos interrumpiendo nuestra propia deriva. Al mismo tiempo seguimos teniendo una enorme necesidad de expresarnos. Todas las personas estamos afectadas por esta doble situación de querer y no poder. Así que cuando nos relacionamos tenemos dificultades para conectar, para arriesgarnos a mostrar lo que realmente somos y estamos viviendo. Nuestras dificultades internalizadas y las de la persona que tenemos en frente entran en juego; la competencia por la atención,  la urgencia por sacar nuestro tema, la falta de concentración para escuchar, etc se hacen visibles. Nuestros mensajes se activan y nos dicen que no podemos mostrarnos tanto como deseamos, que el ambiente no es el correcto para poder hacerlo, que seria vergonzoso, humillante, incomprendido, o incluso que no es un buen momento, que si lo hacemos incomodaremos a la otra persona, o que quizás sea mas importante atender a la otra persona y quedarnos en un segundo lugar…

Sabemos que hay grandes dificultades en el camino de recuperar nuestra habilidad de expresarnos, pero también sabemos que estos mensajes nos suelen ser acordes a la realidad presente y más bien son fruto de viejos recuerdos donde no supimos o no estábamos preparados para manejar ciertas situaciones.

Ahora ya sabemos como liberar nuestras mentes de esas viejas ataduras, la importancia de los procesos de descarga emocional y su influencia en la evaluación de viejas situaciones, la importancia de organizarnos equitativamente para poder apoyarnos a hacer esto y la gran influencia que esto tiene para luego manejarnos mejor en esta compleja sociedad.

Texto escrito por Oscar Argumosa (Presidente y coordinador responsable de Permacultura Cantabria. Experto en bioconstrucción y en gestión emocional.)  

Oscar realizará un interesante Taller de Gestión Emocional en Ourense que os recomiendo personalmente, el 10 y 11 de Mayo de 2014. Os dejo el enlace con la información:

No hay comentarios:

Publicar un comentario