Ojalá que esta belleza no sea colonizada por el turismo, ni por los que compran casas tiradas de precio para restaurarlas y habitarlas solo un mes al año. Ojalá que estas tierras sigan siendo cultivadas con coherencia por pequeños agricultores. Que los descendientes o aquellos que las amen de verdad, mimen estas tierras tanto como sus ancestros. Que no vendan sus trocitos de este corazón a las grandes bodegas que extienden sus garras devorando toda suerte de pequeña finca. Ojalá q estos pueblos no se conviertan en meros escenarios turísticos de cartón-piedra, llenos de vinotecas, casas rurales y visitantes, pero vacíos de gente de aldea trabajando sus tierras, vacíos de verdadera vida, vacíos de alma. Ojalá.
Angeles
