Propongo recolectar nuestras propias semillas. Semillas aún no contaminadas, ni transgenizadas. Antes de que desaparezcan del todo por la especulación y la falta de escrúpulos de don dinero disfrazado de falsa salud. Propongo guardar esas semillas que la naturaleza nos ofrece cada año al finalizar su ciclo. Propongo crear nuestro propio baúl de semillas. Semillas para plantar, para compartir, para intercambiar. Que al menos, podamos preservar esa riqueza que nos quieren arrancar, patentar, modificar y mercadear. Si tenemos una obligación, esa es con la Madre Tierra. Yo no puedo permitir que alguien sancione, multe y arrase a quien de manera consciente trabaja la tierra con respeto y a pequeña escala. Hoy comienzo mi baúl de semillas.
Si quieres saber los despropósitos de Monsanto, pincha en el siguiente enlace:
Ley de semillas. Lo que nos espera.
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