miércoles, 23 de septiembre de 2015

... Y llegó Mabon



Me llegan los erizos de los castaños próximos a soltar su preciado tesoro. Me llegan las nueces que han caído antes de tiempo de los nogales que bordean el río. Me llega el continuo movimiento de tractores cargados del fruto dionisíaco parido por estas tierras.
Olor a vendimia... Olor a uvas, cuyo zumo dormirá un tiempo en el vientre de la cuba gestando su transformación. Olor a recogida, a interiorización... Olor a ciclos de la naturaleza que se van y  regresan, con los que muero y vuelvo a renacer...

Olor a Mabon... Equinoccio de Otoño. Entrañas celtas latentes bajo las formas cotidianas que respiro, día a día, en esta tierra gallega.

Ángeles 


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