viernes, 4 de septiembre de 2015

Sabio Carballo


... Y esta mañana salió a mi encuentro un roble centenario de ancho y alto porte.

Soportaba sin inmutarse los fuertes tentáculos de las enredaderas adheridas como lapas a su cuerpo, dejando marcada su fisonomía. Busqué con mucha atención los escasos huecos en los que poder vislumbrar su bella y agrietada corteza.

Sus raíces, que imagino extensas, fuertes, profundas y la robustez de su tronco, lo mantienen firme y poderoso, alzando sus ramas muchos metros... tantos, que ni la enredadera más empedernida llegará nunca tan alto.

Ángeles 





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