domingo, 4 de agosto de 2013

Reiki... así de natural



 

 Nuestro cuerpo, en estado de salud óptimo, fluye a la perfección: todas sus células se coordinan maravillosamente y circulan por todos los canales del cuerpo sin ningún tipo de obstáculos


La enfermedad comienza a manifestarse cuando existe un bloqueo en esos canales. Estos bloqueos no permiten que el flujo vital circule de manera distendida, lo cual produce atascos y dificultades en la circulación, al igual que en una autopista colapsada. Estos atascos en nuestro cuerpo son los que comienzan a producir la enfermedad.

Dichos colapsos son, en la mayoría de las ocasiones, emociones que no hemos sido capaces de digerir, o sucesos del pasado que continuamos siendo incapaces de soltar.
En otras ocasiones se originan por patrones que repetimos una y otra vez sin darnos cuenta de que nos están perjudicando. Como por ejemplo creernos que "no valemos para nada", porque desde que éramos pequeños alguien nos lo repitió con frecuencia. Estos patrones están "marcados" en nuestro cuerpo energético y los repetimos contínuamente aunque no seamos conscientes de ellos. Los creamos, los creemos, los asimilamos y de este modo entran a formar parte de nosotros.

Si no somos capaces de sanarlos en algún momento, los bloqueos serán cada vez mayores, afectando a nuestro cuerpo físico mediante la aparición clara de la enfermedad, o lo que es lo mismo, un desequilibrio en nuestro cuerpo físico, emocional y energético.


Reiki es una terapia milenaria de sanación, que busca restaurar el equilibrio y el bienestar. Es un método natural para restaurar y curar el  cuerpo.

Cada vez son más los hospitales que están introduciendo esta terapia como ayuda en los tratamientos de sus pacientes, así como para aplicarselo a los propios médicos y enfermeros para relajar su estres y  su carga psicológica.

Reiki es una técnica segura, sin contraindicaciones, y compatible con cualquier otro tratamiento.

Así de simple... así de natural.

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