jueves, 1 de agosto de 2013

A los 3 años: pura imitación



A partir de los tres años, los niños empieza a tomar conciencia del "yo". A esta edad aparece la conciencia de ego. Actúan por imitación, de ahí la importancia de ser un ejemplo coherente en la familia. Los pequeños están formando la base sobre la que construirán sus cimientos para relacionarse con el mundo. Es importante por ello dejarles actuar cuando intentan ayudarnos en las tareas cotidianas: lavar los platos, recoger la mesa, barrer... para ellos no es más que un juego que realizarán encantados por imitación, pero mediante el cual están desarrollando su autonomía motriz, la autodisciplina y la voluntad.
Es importante en esta fase que, toda actividad que comiencen la terminen. El niño debe aprender que todo acto en la vida tiene un inicio, un desarrollo y un fin. Por ello, si estuviera ayudándonos a hacer un pastel, por ejemplo, deberá participar en todo el proceso: desde la mezcla de los ingredientes, pasando por el amasado, el horno, y la recogida y limpieza de utensilios. Y por supuesto, del disfrute del pastel. De este modo el niño aprende que para obtener algo bello (y rico, en este caso), se requiere un esfuerzo y un acto de voluntad.

En Yoga para Niños, trabajamos siendo conscientes de todas estas fases evolutivas del pequeño para ayudarle a crecer en armonía y siendo respetuoso consigo mismo y con todo su entorno.