Sigo aprendiendo de la sensibilidad de los hombres.
Agradeciéndoles que se muestren bajo esa coraza que la sociedad y la familia les ha colocado desde que nacieron. Sintiendo su sufrimiento y su dolor por no poder expresar sus emociones, por tener que mostrarse duros y firmes... aunque se estén rompiendo por dentro...
Comprendiendo que son tan víctimas como nosotras, que no han elegido su papel, y que cargan con los injustos juicios generalistas que proyectamos en ellos. Entendiendo su carga más allá de las poses externas.
Gracias a los hombres con quien he compartido el taller emocional este fin de semana. Gracias por mostraros sin capas, por desnudar vuestra alma y por mostrar vuestra lucha interna. Por querer, al igual que nosotras, ser mejores cada día para compartir con verdadero amor e igualdad.
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