domingo, 29 de junio de 2014

Limitaciones



Si investigamos seriamente y en profundidad, con inteligencia, veremos que no puede haber camino que nos lleve a la verdad. No hay camino, ni suyo ni mío, ni a través del servicio, del conocimiento o de la devoción, ni tampoco de las innumerables vías que los filósofos se han inventado según su particular idiosincracia y sus respuestas neurológicas.

Si nosotros podemos pensar con toda claridad sobre esta materia, sin prejuicios –sin estar comprometidos con acciones o creencias, sin ni siquiera darnos cuenta de que una determinada forma de pensar, de que un estilo particular de acción nos limitan, ya sea en el campo del saber, de la devoción o el de la acción-, veremos que seguir por un determinado camino nos limitará con toda seguridad y por lo tanto no nos puede llevar a lo que es real. 

Esto es así porque el camino de la acción, el del conocimiento o el de la devoción, no son suficientes por sí mismos, no hay duda al respecto. Por más erudita que sea una persona educada, por más saber enciclopédico que pueda tener, si no tiene amor, su conocimiento no tiene valor alguno, ese saber no es más que un conocimiento libresco. 

Es inevitable que un hombre que cree, ajuste su vida de acuerdo a un dogma, a sus creencias. Por eso su experiencia es limitada, porque actúa de acuerdo a unos determinados principios. Esa experiencia nunca puede ser liberadora. Al contrario, es limitadora de su libertad. Y, como ya hemos dicho, sólo en libertad podemos descubrir algo nuevo, algo fundamental.

                                                                                            (J. Krishnamurti, Obras completas Tomo V)


Ellos



Sigo aprendiendo de la sensibilidad de los hombres.

Agradeciéndoles que se muestren bajo esa coraza que la sociedad y la familia les ha colocado desde que nacieron. Sintiendo su sufrimiento y su dolor por no poder expresar sus emociones, por tener que mostrarse duros y firmes... aunque se estén rompiendo por dentro...

Comprendiendo que son tan víctimas como nosotras, que no han elegido su papel, y que cargan con los injustos juicios generalistas que proyectamos en ellos. Entendiendo su carga más allá de las poses externas.

Gracias a los hombres con quien he compartido el taller emocional este fin de semana. Gracias por mostraros sin capas, por desnudar vuestra alma y por mostrar vuestra lucha interna. Por querer, al igual que nosotras, ser mejores cada día para compartir con verdadero amor e igualdad.


viernes, 27 de junio de 2014

Si le hubiera cortado las alas...



"Hegoak ebaki banizkio, nerea izango zen, ez zuen aldegingo.
Bainan honela, ez zen gehiago txoria izango
Eta nik... txoria nuen maite..."

("Si le hubiera cortado las alas, hubiera sido mío, no se hubiera ido.
Pero de este modo, ya no volvería a ser un pájaro
 Y yo... lo que amaba era un pájaro... ")

Los años en los que Euskadi me acogió entre sus montes y sus gentes, me llegó bien hondo la canción de Mikel Laboa, Txoria txori. Toda una lección de vida en cuatro bellas frases. Un gran canto a la libertad... A la mía y a la de los demás.

¿Cuántas veces estoy cortando la libertad del otro conscientemente? ¿Por qué me empeño en cortarle las alas a ese pájaro que me enamoró por su belleza de vuelo, por su libertad? ¿Por qué quiero mantenerlo en mi jaula de oro observando cómo se entristece y como es incapaz de entonar alegre su canto?
¿Acaso no me doy cuenta de que estoy enterrando lo que me gustaba de él? ¿Acaso no siento que tenerlo apresado hace que yo también esté presa?

Tenemos que aprender a soltar.

Retener a alguien cuando le toca volar sólo alarga las agonías. Sólo retrasa los procesos de crecimiento.
No dejar volar al otro supone no querer volar yo. Conlleva no querer hacerme cargo de la responsabilidad de mi vida. No puedo contener un torrente, no puedo contener la fuerza de la vida, porque si lo intento, antes o después, ese torrente me derribará dolorosa y profundamente.

Hay una canción de Andrés Calamaro que dice "todo lo que termina termina mal, poco a poco/ y si no termina se contamina más/ y eso se cubre de polvo..."
Y algo de cierto hay en esas frases. Querer mantener algo que sentimos finalizado hace tiempo, lo único que hace es contaminar la relación -sea cual sea- convirtiéndonos en enfermos que van sintiendo cómo todo el tejido que hubo de amor se va engangrenando lenta pero firmemente.

Los procesos de la vida son inevitables. La vida fluye y tenemos que ser capaces de sentir cuándo soltar amarras, aunque duela. La vida es muy simple. Y sólo los humanos nos empeñamos en complicarla...

Con amor,
Ángeles



miércoles, 25 de junio de 2014

Sin negarme a crecer



He aprendido a aceptar la vida como viene.

Cada instante es una oportunidad de experimentar algo que la vida me pone delante. Rechazarlo es sólo aplazarlo. Porque la vida nos quiere tanto, que si insistimos en no vivir lo que nos muestra, nos volverá a poner delante la misma experiencia una y otra vez para aprender de ella, para vivirla, para transitarla de una vez.

Hablo de resistencias, hablo de sufrimientos, pero también hablo de alegrías, de amores y de bailes bajo las estrellas... Hablo de comprender que resistirse al cambio, resistirse a la transición, resistirse a lo nuevo, no es más que un aplazamiento en mi crecimiento. Es una negación a la vida.

Soy responsable de mi vida, y por ello, me comprometo a vivir cada instante que ella me ofrece aprendiendo y disfrutando de este regalo.

No puedo rechazar la vida. Sería como negarme a crecer.

Con amor,
Ángeles

lunes, 23 de junio de 2014

Noche de San Juan



Noche mágica...

También lo fue el equinocio, el día 21 de junio, aunque la religión quiso hacer desaparecer esta fecha y sus rituales paganos... Y ante la imposibilidad de hacerlo, no le quedó más remedio que asumirlo, pero la impregnó con sus símbolos trasladando la fiesta al día 23 y llamándola San Juan...

No obstante, lo importante es la intención que ponemos en lo que deseamos.

Por ello, hayamos hecho los rituales el día 21 o los hagamos hoy, lo importante es enfocarnos en lo que realmente deseamos trabajar en nuestra vida y estar dispuestos a hacer lo posible por conseguir esos cambios. De nada sirve un deseo o una intención si se queda únicamente en eso, en una mera expresión. Todo cambio conlleva un esfuerzo y sobretodo el compromiso de querer hacerlo aún con los tropiezos y dolores que encontraremos en el camino.

A los lugares más bellos, más puros, no se llega dando un paseo llano y fácil... Se llega tras un arduo, duro y agotador camino. Siendo conscientes de ello, podremos entender que toda decisión de cambio implica una responsabilidad de llevarla a cabo si realmente sentimos desde el corazón que eso es lo que deseamos.

Feliz noche de fuego

domingo, 15 de junio de 2014

Trajes



Todo llega cuando tiene que llegar. Todo sucede en el lugar justo y en el momento preciso.

Cuando estoy atenta a las señales lo veo con mayor claridad...

Y aunque no todo lo que llega es fácil, sigo maravillándome con las sincronicidades que me voy encontrando por el camino... personas, situaciones, lugares... Todo se ha ido entretejiendo a lo largo de una vida -o tal vez de muchas- para ir confluyendo hacia un mismo lugar. Hacia un espacio de fluidez donde la mirada se torna calmada y paciente, comprendiendo todos los procesos... los míos y los de las personas que me rodean.

Entendiendo que todos estamos embarcados en lo mismo, que nadie es superior a nadie. Que los trajes que nos toca vestir son sólo eso: atrezzo para un instante, para una representación, para el papel que nos ha tocado interpretar en este momento... porque la esencia es lo único que no cambia nunca. Lo único que nos hace conectar desde el corazón con todos y con todo los demás.

Sólamente hay que intentar no identificarse con el traje que estamos vistiendo, para descubrir que nuestra esencia no se disfraza nunca. Para saber que siempre permanece desnuda y pura.

Con amor,
Ángeles




viernes, 13 de junio de 2014

Impregnada de la luna



Esta noche es luna llena
Preciosa noche para tomar un baño de luna
Luna que calma, que suaviza, que sana heridas...
Feliz baño de luna

Tumare darshan



Tumare darshan ki bela, ye mausam raas rachane ka
Liye ullas ki sanse, samay masti me jine ka
 
(Llegó el tiempo donde finalmente te veré y bailaré contigo
Respirando alegría, llegó el momento de vivir en felicidad)




lunes, 9 de junio de 2014

Todos somos guerreros



Todo guerrero de la luz ya tuvo alguna vez miedo de entrar en combate.
Todo guerrero de la luz ya traicionó y mintió en el pasado.
Todo guerrero de la luz ya recorrió un camino que no le pertenecía.
Todo guerrero de la luz ya sufrió por cosas sin importancia.
Todo guerrero de la luz ya creyó que no era un guerrero de la luz.
Todo guerrero de la luz ya falló en sus obligaciones espirituales.
Todo guerrero de la luz ya dijo que si, cuando quería decir que no.
Todo guerrero de la luz ya hirió a alguien a quien amaba.
Por eso es guerrero de la luz;
por que pasó por todo eso y no perdió la esperanza de ser mejor de lo que era

(Paolo Coelho. "Manual del Guerrero de la Luz")


sábado, 7 de junio de 2014

La calle del Jilguero



De pequeños jugábamos, pero también nos peleábamos y nos insultábamos -con motes que ahora resultan bien graciosos, pero que entonces nos parecían una enorme ofensa que nos encolerizaba-

La infancia jugando en la calle de la abuela Ángeles fue bonita. Una calle humilde, sin apenas tráfico, flanqueada por casas bajitas que cada familia se había construido con sus propias manos décadas antes... Entre otras estaba la casa del carpintero, la de la curandera-la señora Eulalia-, la de la señora Asun -que tenía siempre higos en verano-, la de la señora que vendía huevos, la del señor Mariano, ese abuelito tan mayor con sus gafas oscuras, su jardín con rosas y tan amable con todos... y la de la abuela, desde donde se veían los fuegos artificiales en las fiestas de Valladolid, eso sí, a lo lejos... lejísimos...

Y en esa calle crecimos. Grupos de niños con niños y de niñas con niñas, que vez en cuando nos juntábamos  todos para jugar al escondite o a bote... Los primeros pinitos en la bicicleta de mi hermano Jose -una bici con una pila de años-, la "profesionalización" con la BH de mi hermano Toño... y que luego fue pasando a mi hermana Yoli, y luego a Sonia... la misma herremienta para todos. Cada uno aprendiendo en su momento... y esas caidas de las que nadie se libró en el asfalto de gravilla, donde las heridas en las rodillas se mantenían con eternas postillas que, de vez en cuando, nos arrancábamos aún sabiendo que dolería...

Las noches de verano en el patio de la abuela, la merienda de bocata de chorizo, la abuela que decía: "el pan no se tira, que es de Dios", pan que yo dejaba en el alfeizar de la ventana creyendo que así Dios no se molestaría...

Los paseos -sin adultos que velaran por nuestra seguridad- por el rio Esgueva, cuando aún no estaba tan "civilizado" como ahora. Cuando se oía cantar a las ranas y el camino era de tierra y lleno de asalvajadas hierbas y flores...


Gran infancia.
No hace falta mucho para construir una infancia feliz

Con amor a todos los que compartieron conmigo esos años
Ángeles



Tan fácil...




Me gustan los cafés donde me ponen una chocolatina, o un trocito de bizcocho esponjoso... Y si además la camarera me dibuja una hojita sobre la espuma, se me escapa una sutil sonrisa de agradecimiento.

Pequeños detalles que me hacen feliz. Si es que... soy de facilona...


viernes, 6 de junio de 2014

Intentos




Intento que mi mente no se entrometa demasiado en mi conexión con el corazón.

Es pesada, la mente. Muy insistente, la puñetera... No cesa en su empeño de llevarme a su terreno
A veces me llevo bien con ella, dejando que se pasee libremente, mostrándome su repertorio y haciéndole creer que escucho su cháchara con atención y que la ejecutaré al dedillo...

Lo que ella no sabe es que cada día la conozco un poquito más, y a veces ejerzo de madre comprensiva con las rabietas de su pequeña: con paciencia y con cariño. Otras veces me distancio de ella sabiendo que intenta chantajearme...

Y entonces.. me vuelvo a recordar que no soy mi mente. Ni mi pensamiento. Y metidos ya en berenjenales... tampoco soy este cuerpo físico...



jueves, 5 de junio de 2014

Transitando



Con tiempo y con práctica he aprendido a no evitar mis sentimientos.

Las experiencias de dolor me enseñaron que hasta que no las transitara poniéndoles plena atención,  no se irian nunca. Como mucho, me dejarian en paz -y tampoco tanto- lo que  dura una tarde de cervezas y kalimotxos, o una peli en el cine, o una quedada con amigos jugando a despistar las penas.

Pero la vida es muy lista y me va a seguir recordando que tengo algo pendiente, por mucho esquinazo que crea dar a los sentimientos jugando al escondite. ¿Por qué si acepto la alegria y la disfruto, no acepto también la tristeza y el dolor como parte de un todo que me hace evolucionar si profundizo en ella?

Estoy en una experiencia dual. Todo tiene su cara y su cruz. Nada es bueno en su totalidad ni es malo totalmente. ¿Acaso siempre me comporto "bien"? ¿Y siempre "mal"?
Lo quiera o no vivo esta realidad -o este sueño,  según como se mire- experimentando ambas facetas: alegria-tristeza, bondad-maldad, amor-miedo... y hasta que no transite estos espacios duales estaré coja. Coja de plenitud y de armonia.

Asi que... cuando detecto un sentimiento molesto o doloroso, me intento hacer amiga de él y poner toda mi atención en escucharle... tal y como me gustaria que hicieran conmigo. A fin de cuentas, un sentimiento es una energia viva, latente, que me pide a gritos que le haga caso.  Como un niño chiquitín que pide atención. Como yo misma, al fin y al cabo...


miércoles, 4 de junio de 2014

Egos



Nuestro organismo es animado por cuatro energías: la corporal, con sus necesidades; la libidinal, con sus deseos; la emocional, con sus sentimientos; la intelectual, con sus ideas. Cada una de estas energías crea un Yo fragmentario con su propio lenguaje. Cuando desarrollamos uno de estos lenguajes en detrimento de los otros, sufrimos una desviación (siempre angustiosa) de la personalidad. Por defectos de la educación que recibimos de niños, no hemos aprendido a tener una finalidad unitaria: necesitamos algo, deseamos otra cosa, amamos otra y pensamos en realizar otra.

Somos un carro sin conductor tratando de hacer avanzar cuatro caballos que toman un rumbo distinto cada uno. Nos estancamos, o nos creamos una realidad donde nos sentimos infelices. Es así como nos convertimos en "intelectuales", viviendo sólo en la mente y haciendo entrar la inabarcable realidad en el rígido molde racional; o en "emocionales", dejando que las tormentas del corazón nos inunden; o en "sexuales", haciendo de la gratificación de los genitales un verdadero culto; o en "corporales", creyendo que el deporte, el dinero y los problemas de peso y salud son las únicas preocupaciones aceptables.

El Yo personal se compone de cuatro egos. Cuando no están bien equilibrados, y uno de ellos prima sobre los otros, los centros reprimidos no dejan de importunar las acciones del que domina (...)

(...) En Alquimia encontramos el lema Solve et coagula. Disuelve y coagula. En esta unión desequilibrada, cada uno de los cuatro egos debe aprender a conocerse, delimitando su acción con respecto a los otros. Es el período de la disolución y el aprendizaje.

(Alejandro Jodorowsky. Cabaret Místico)


lunes, 2 de junio de 2014

Saltando




A veces me pregunto si mi ficha de parchís (yo misma) se moverá una sola casilla, o me saldrá una gran tirada y avanzaré del tirón dando un salto casi cuántico hasta el infinito...

Claro que también... puede que venga otra ficha, me coma, y de un plumazo se acaben mis planteamientos...

Así que... en vez de tanto planteamiento, lo mejor es que mi ficha experimente sin más. 
Ella solita y sobre la marcha...