Otoño y Ayurveda

El otoño, al contrario que el verano, es frío, seco y ligero.  En esta época predomina el elemento aire.No es extraño por lo tanto que al tiempo que las hojas se secan, la temperatura baja y el viento llega, nos sintamos propensos a los resfriados, con la piel deshidratada y anímicamente un poco deprimidos y carentes de energía. El otoño es  una época en la que estamos muy susceptibles a todo tipo de cambios.

Las cualidades del elemento aire, se relacionan con el dinamismo, pero también con sentimientos de inestabilidad, ansiedad y temor. Nuestra cabeza es propensa a a tener pensamientos cambiantes y algo de inestabilidad emocional por la falta de contacto con la tierra. Puede darse también el caso de tener grandes ideas, pero no sabemos cómo llevarlas a cabo porque nos sentimos con poca claridad mental y un poco agobiados.

Por otro lado, nuestras articulaciones se ven afectadas, y nuestro cuerpo pide a gritos calor. Por ello, el Ayurveda propone mejorar nuestro estado físico y emocional durante este tiempo con simples consejos al alcance de todos:

-Masajea tu cuerpo con aceite de sésamo templado antes de la ducha
  Si no tienes mucho tiempo, al menos la zona de ombligo y pecho
-Aplica unas gotas de aceite también en los oídos y en los orificios nasales.
-Aliméntate con caldos, sopas, guisos de cuchara... calentitos y nutritivos
-Calor humano (busca compartir tus emociones con personas que conecten contigo)
-Calor corporal (abrígate bien, no permitas que tu cuerpo físico esté expuesto al frío)
-Practica yoga o cualquier otra actividad que te calme y relaje.
-Dedica unos minutos al día a estar en silencio contigo mismo y si puedes, medita un rato cada día

Sabios consejos que nos deja el Ayurveda y al alcance de todos.

Ley de causa y efecto

Cuando una persona nos juzga, o lanza críticas sobre nosotros, siempre existen en sus juicios condicionantes de antemano, datos que no conocen, condiciones de vida que ignoran de nosotros...

Por eso, los juicios están basados en información sesgada. Juzgar a las personas es fácil. Lo difícil es hacerlo de manera justa.

Afortunadamente, más allá de la justicia humana, existe una justicia universal. Ésta es aquella de la que nadie escapa -ni siquiera las personas que de manera consciente saben que con sus juicios y suposiciones están colaborando a dañar al otro- pues en este universo que habitamos, toda acción tiene su reacción. Nuestras acciones, nuestras palabras, incluidos nuestros pensamientos, generan una reacción que tiene sus consecuencias en el tiempo.

Es lo que en la filosofía yóguica denominamos Karma

Consumismo espiritual

En estos tiempos revueltos, en los que existen miles de cursos y talleres que nos ofertan innumerables maneras de encontrar nuestra espiritualidad, en las que el crecimiento personal se vende como quien vende tónicos mágicos que automáticamente van a transformar nuestras vidas y nos van a quitar nuestros sufrimientos, en estos momentos en los que es muy fácil dejarnos llevar por esa otra forma de mercadeo, parémonos un poco a reflexionar.

Seamos conscientes de qué se nos ofrece y qué es lo que me va a hacer crecer. No busquemos milagros que nos solucionen la vida desde afuera. Nadie puede solucionar nuestra vida más que nosotros mismos. En cuanto asumimos esa responsabilidad, puedo tomar conciencia del trabajo que puedo hacer conmigo mismo, y seleccionar el curso, el taller, o la persona que puede, a través de su propia experiencia, darme pautas para crecer. Pero lo que no puedo hacer es delegar mi responsabilidad creyendo que mi transformación me la pueden hacer otros. Eso no es posible.

Toma las herramientas que te llegan, las personas que realmente conectan contigo, pero siendo siempre consciente de lo que quieres, de lo que hay detrás y poniéndote manos a la obra. Tú eres la única persona que puede transformar tu vida. No olvides nunca que el mejor maestro es uno mismo.

Saludando al Sol

¿Que decir del Sol? Esa gran estrella que posibilita el crecimiento de la vida que nos sustenta...
Uno de los pocos puntos sobre el cual los científicos actuales están de acuerdo con los sabios de la antiguedad, es que el Sol es la fuente de toda forma de vida sobre la Tierra. El continuo fluir de la energía del Sol que baña nuestro planeta, ha permitido a la vida desarrollarse y prosperar.

 En la mitología hindú el sol es adorado como símbolo de vida e inmortalidad. Y no es casualidad que en todas las culturas paganas, previas al cristianismo, el Sol fuera su principal motivo de culto: gracias a él crecían las cosechas y podían alimentarse.

En la clase de Yoga, comenzamos realizando el Saludo al Sol, una estupenda forma de activar la energía que preparará nuestro cuerpo y nuestra mente para la serie de asanas que trabajaremos más tarde.

Bhujangasana o Postura de la Cobra

Estupenda postura que nos proporciona múltiples beneficios: Fortalece la espina dorsal. Elonga el pecho, los pulmones, los hombros y el abdomen. Estimula los órganos abdominales. Ayuda a aliviar el estrés y la fatiga. Abre el corazón y los pulmones. Calma la ciática y produce una mejora en estados de estres y cuando padecemos asma.

¿Cómo la preparamos?
Separa los pies unos pocos centímetros. Pon las manos justo debajo de los hombros. Inhala y presionando con  las palmas sobre el suelo, levanta el torso manteniendo el hueso púbico en el suelo. Lleva la caja torácica hacia adelante, mantén los codos ligeramente flexionados. Lleva los hombros a una posición neutra, atrás y lejos de las orejas. Deja el cuello libre y largo.
Activa las piernas y presiona con ellas en el suelo. Mantenlas estiradas y alineadas. Activa también los glúteos pero no los contraigas, si no, extenderás demasiado la zona lumbar y eso puede causar molestias.
Por último mira hacia arriba.

Variaciones:
Si sientes una tensión excesiva en la zona lumbar haz la postura sobre los antebrazos en vez de sobre las manos (postura de la esfinge) y separa un poco las piernas. Esto consigue liberar tensión en dicho área. Asimismo, sin tienes problemas en las cervicales, no intentes llevar la cabeza hacia atrás.

Contraindicaciones: Hipertiroidismo, úlcera péptica o hernia. Si la práctica de esta asaana produjera alguna molestia en la espalda, habrá que disminuir su intensidad hasta encontrar un nivel que resulte confortable. (Ver Variaciones).