"...Y algunas veces suelo recostar
mi cabeza en el hombro de la luna
y le hablo de esa amante inoportuna
que se llama soledad..."
(Joaquín Sabina)
Esa amante inoportuna que, de vez en cuando, viene a visitarme para hacerme profundizar en aquello que suelo aplazar, negar y dar esquinazo. Soledad necesaria para reencontrarme con mis demonios, para comprenderlos, abrazarlos y resurgir de nuevo hacia lo que me espera ahí afuera.
Manchándome para volver a limpiarme... como los niños cuando llegan a casa llenos de barro.
Tan necesario como respirar. Tan sencillo como el fluir de la vida.
Con amor,
Ángeles ❤
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