En la tradición Celta, la noche del 1 de mayo se celebra Beltane, un ritual para recibir a la naciente vegetación. Es la celebración de la entrada plena en la desbordante belleza y procreación de la primavera.
En aquellos tiempos, se encendía una gran fogata y se brincaba sobre ella para
lograr fertilidad, salud y buena suerte durante el año. Beltane representa la idea de luz y de calor, de brotes
de la vegetación que alimentarán al ganado. Es el momento de mayor fertilidad del año.
Los druidas encendían hogueras y era costumbre que el ganado
las atravesara para que, de aquel modo, quedasen libres de enfermedad durante
el año.
En cada región celta se se celebraba de una manera distinta. Así en Galicia el ritual consistía en una recogida nocturna en los campos de cultivo con antorchas llamadas fachucos, cuyas cenizas eran esparcidas por la tierra.
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