miércoles, 13 de agosto de 2014

Tocando fondo



... Y desde la decepción profunda, me voy dejando caer en las profundidades hasta tocar fondo, hasta sentir el frío fango que me hace tiritar. Rodeada de una inmensa oscuridad llego al pozo de mi alma para decirme a mí misma: estás en casa, siempre has estado. En lo alto de la montaña y en la profundidad del abismo, siempre has estado en casa.

Me dejo fluir en la oscuridad sabiendo que estoy transitando el aprendizaje que la madre vida me está mostrando. Sigo en el abismo. Sintiendo. Percibiendo.

Hay belleza en la oscuridad. Hay una intensa quietud que templa el alma, que me hace recordar que todo es superfluo si estoy en mi centro. Y en este silencio recuerdo lo que soy: pura energía unida a las demás: a las piedras, al agua, a las plantas, a las estrellas...

...Y poquito a poco me voy durmiendo con mi amiga soledad, sabiendo que es necesaria esta luna negra para comenzar, de nuevo, a brillar con la luna creciente.

Con amor,
Ángeles

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