domingo, 15 de junio de 2014

Trajes



Todo llega cuando tiene que llegar. Todo sucede en el lugar justo y en el momento preciso.

Cuando estoy atenta a las señales lo veo con mayor claridad...

Y aunque no todo lo que llega es fácil, sigo maravillándome con las sincronicidades que me voy encontrando por el camino... personas, situaciones, lugares... Todo se ha ido entretejiendo a lo largo de una vida -o tal vez de muchas- para ir confluyendo hacia un mismo lugar. Hacia un espacio de fluidez donde la mirada se torna calmada y paciente, comprendiendo todos los procesos... los míos y los de las personas que me rodean.

Entendiendo que todos estamos embarcados en lo mismo, que nadie es superior a nadie. Que los trajes que nos toca vestir son sólo eso: atrezzo para un instante, para una representación, para el papel que nos ha tocado interpretar en este momento... porque la esencia es lo único que no cambia nunca. Lo único que nos hace conectar desde el corazón con todos y con todo los demás.

Sólamente hay que intentar no identificarse con el traje que estamos vistiendo, para descubrir que nuestra esencia no se disfraza nunca. Para saber que siempre permanece desnuda y pura.

Con amor,
Ángeles




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