Cuando una persona nos juzga, o lanza críticas sobre nosotros, siempre existen en sus juicios condicionantes de antemano, datos que no conocen, condiciones de vida que ignoran de nosotros...
Por eso, los juicios están basados en información sesgada. Juzgar a las personas es fácil. Lo difícil es hacerlo de manera justa.
Afortunadamente, más allá de la justicia humana, existe una justicia universal. Ésta es aquella de la que nadie escapa -ni siquiera las personas que de manera consciente saben que con sus juicios y suposiciones están colaborando a dañar al otro- pues en este universo que habitamos, toda acción tiene su reacción. Nuestras acciones, nuestras palabras, incluidos nuestros pensamientos, generan una reacción que tiene sus consecuencias en el tiempo.
Es lo que en la filosofía yóguica denominamos Karma
No hay comentarios:
Publicar un comentario